miércoles, 11 de febrero de 2009

Eluana y la vida

El Vaticano, y su larga sombra, se empeñan en predicar a los cuatro vientos que Jesús murió sin cuidados paliativos (como dijo el arzobispo de Pamplona). Es decir, que si nos basamos en sus ideas modernas (já), si Eluana hubiese estado en la época de Jesucristo y la viesen en tal estado seguramente no la habrían seguido alimentando, pues estaría muerta para ellos.

Hoy en día se sabía que Eluana estaba muerta, pero cerebralmente. Solamente sobrevivía porque la seguían alimentando e hidratando artificialmente. Encima debía estar de lado porque su estómago producía demasiado líquido y la podía ahogar. Y encima, después de 17 años, ya no había esperanzas de que despertase del coma. ¿Ésa es la vida que nos quiere imponer el Cristianismo? Pues que no cuenten conmigo.

Que no cuenten conmigo aquellos que te obligan a sufrir en esta vida para que puedas disfrutar del perdón divino y de una "vida" en el "más allá". Que no cuenten conmigo aquellos que pretenden que pase el resto de mi vida postrado en una cama, sin sentir ni padecer, y haciendo sufrir a mi familia. Que no cuenten conmigo para la imposición de una manera de pensar que no me va. Que no cuenten conmigo para ser Cristiano, porque para mí no hay Dios.

Ya lo dijo José Sacristán el otro día en Buenafuente: "Dios no existe, pero si existiese no tendría perdón de Dios". Si existe, las atrocidades que tienen lugar en el mundo no le dejan en muy buen lugar. Por ello yo prefiero disfrutar de esta vida de la mejor manera posible y con dignidad. Porque una vez que cierre los ojos para siempre se habrá acabado todo. Más allá no hay nada. Todo está aquí.

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