Mi querido papá

Acabo de perder 5 kilos de golpe. Y no, no me he sometido a una liposucción (me quedaría en los huesos...) ni nada raro, sino que los he perdido en forma de líquido. No me sean malpensados, me refiero a lágrimas. Y ustedes dirán: ¿Cómo has perdido 5 kilos llorando? Pues muy fácil: Me he partido en dos cuando he leído en Canarias7.es a la hija de Franco diciendo que su padre era "buena persona".

Está claro que todos los padres dicen que sus hijos son buenos. No son el 100% de los hijos los que dicen que sus padres son buenos. Pero en este caso estamos hablando ya de enajenación mental. Si la señora esta mirase al pasado y viese las imágenes en las que sale diciendo unas palabras con su padre a un lado moviendo sospechosamente los labios al compás que ella (no estoy diciendo que siguiese un guión... faltaría más...), o leyese algunos libros de historia se daría cuenta de que su padre no fue más que un asesino aferrado al poder durante 40 años.

Estas palabras no son más que un desprecio a los familiares de los fallecidos durante la Dictadura y a las víctimas en sí. Seguro que si hubiese sido hija o nieta de un fusilado le encantaría oír estas palabras. Doña Carmen, cállese la boca que está... iba a decir "más guapa", pero lo cambio por "mejor". No nos haga reír más con tonterías como ésta.